Vestido de ausencias
desnudo de improperios
observo mi serenidad unívoca
y me aferro a ella.
Gracias doy a los refranes
-sabiduría empaquetada -
por aterrizar en mis neuronas:
"mejor solo que mal enamorado"
"dime con quién andas y te diré
quién te joroba"
"Perro que ladra no muerde
pero sí asusta"
"A caballo regalado
lo volvemos mortadela"
"y si del cielo te caen limones
aprende a hacer limoncello"
Vestido de ausencias
desnudo de insolencias
me abrazo a la paz de la campiña
y me embriago de apatías
para desconectarme de los embates
de una sociedad neurótica y sufrida.
Tiré la toalla
por enésima vez
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